Muchos creen que el gran reto de la industria del empaque es proveer a los productos de una envoltura que sea resistente y ayude a preservar el contenido; lo cierto es que esto va mucho más allá. Y es que ahora, el mayor desafío es que dichos empaques, además de cumplir una función utilitaria, también generen un menor impacto medioambiental.
Los retos de los empaques sostenibles
El principal reto que tiene la industria del empaque, en este contexto, es generar productos que sean sostenibles; es decir, ya sea porque tengan un bajo impacto en el medioambiente, formen parte de la economía circular, o tengan la capacidad de ser reciclados. Sin embargo, este no es el único desafío en la mira, a este habría que sumar los siguientes:
Que los productos están diseñados para el reciclaje
Por ejemplo, hay una preferencia por el uso del polietileno de altas barreras en reemplazo de los envases metalizados.
La predilección de empaques mono materiales
Es decir, se busca que los envases que se fabriquen sean compuestos de una sola materia prima principal. Y de emplearse algún otro componente, este debe ser compatible con el anterior. Este desafío resulta importante porque contribuye a que los envases sean más fáciles de reciclar.
Crear empaques resistentes que no descuiden su ecodiseño
La innovación es una búsqueda constante en la industria, por ello se crean envases que destaquen por tener alta rigidez y resistencia; pero que a la vez, puedan ser diseñados generando un bajo porcentaje de desperdicios. En este contexto, los empaques flexibles siguen siendo una solución inteligente y atractiva que permite crear productos con un diseño ecológico, visualmente llamativo y útil.
La necesidad de que los empaques de plástico formen parte de la economía circular
Según una publicación de The Food Tech, el plástico sigue siendo un material que tiene una emisión de carbono menor a la de otros materiales que han buscado sustituirlo. Sin embargo, el desafío para continuar usándolo, es hacerlo parte de un ciclo que permita su reaprovechamiento. Este reto se ha vuelto una norma en la Unión Europea, donde se ha establecido como meta llegar a reciclar, para el 2025, el 90% de las botellas de plástico que se generen.
Que la industria del empaque tenga un ciclo de vida sostenible
En un mundo donde hay una fuerte conciencia medioambiental, es de esperar que los consumidores prioricen aquellos productos que se presenten con empaques sostenibles, reciclables o sustentables. Por este motivo, la industria del empaque no debe ser ajena a este cambio y, por ello, usar tecnología inteligente, así como máquinas y materiales que tengan un bajo consumo de energía, con el objetivo de que sus productos tengan un menor impacto ambiental y sean atractivos para los consumidores.
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